El objeto de toda discusión o debate, no debe ser el triunfo, sino el progreso. Joseph Joubert, escritor francés.

Era domingo y, paseando con la... ustedes ya saben quién, por conocido centro comercial, nos encontramos a un amigo quien tuvo la gentileza de presentarnos a su distinguida familia, donde sobresalían dos majos que parecían guardaespaldas del Caballero de la noticia; fue una charla breve, nosotros salíamos der cine y ellos apenas iban, por lo que nos despedimos amablemente.

Llegamos a casa antes del debate que si hubiera sido una ópera cómica en 3 actos 3 del teatro de París, tendríamos a 3 tenores 3, un bajo y una soprano, eso sí, muy desafinados, como ya los vimos en el "primo" acto. Ellos son, a saber: Pepetón, Richi, Andrema, Jaime y Margarita, pero no la de la Sonora Dinamita.

Al mesías tropical, le llovió sobre mojado, aunque pronto le amainó er vendaval porque José Antonio y Ricardo, comenzaron a lanzarse de todo, mientras la señora Zavala, presa de los nervios, en lugar de debatir, solamente dirigió mensajes a los ciudadanos mexicanos y a las sufridas y abnegadas mujeres mexicanas.

El enfrentamiento, porque fue eso más que un debate, fue ágil, algo ameno, con un toque de sal y pimienta que le puso el Virrey con licencia del estado de Nuevo León, que se soltó el pelo con una puntada que sorprendió a la bonita moderadora Azucena y despertando algunas sonrisas entre el respetable reunido en el hermoso palacio de Minería, engalanado para un acto que más bien fue un “talk show”.

Y la ocurrencia del regiomontano Jaime (tiene nombre de chaufer), consistió en que si la diosa Fortuna, lo lleva a sentarse en La Silla Embrujá, de Palacio Nacional, enviará al H. Congreso de la Unión, una iniciativa de ley, para que a todos los gobernantes, políticos y funcionarios públicos de las 3 esferas 23 de gobierno que ROBEN LOS DINEROS DEL PUEBLO DE MÉXICO, les corten la mano con un machete.

Si tú lectora (or) amable analizas con detenimiento tal ocurrencia, verás que podría ser útil para acabar con tanta rata, tanto ladrón, tanto bandido de los dineros del pueblo, solo que como todas las cosas que hace el hombre, la susodicha ocurrencia tiene un pequeño defecto: Nos faltarían machetes para cortar tantas manos, por lo que nosotros ¡oh! simples "escrebidores" le propondríamos a don Jaime, que mejor contacte al flautista de Hamelín (lean ese cuento plis), para ver si lo siguen todos LOS RATONES que anidan en las Instituciones de la Nación y se ahoguen en el mar, pues tenemos más de tres mil kilómetros de litoral y de que se ahogarían, se ahogarían ¡verdá de Dios!.

Meade y Anaya, estuvieron "ma o meno", llevándose la mejor parte en el tal debate, el descendiente de Conín, el santiagoqueretano Ricardo, no precisamente Corazón de León. Faltan 2 actos 2 Tijuana y Mérida. Vale.

Por Cuauhtémoc Monreal Rocha

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