Ciudad Juárez.- La lata de soda, los cascarones de huevo, la caja vacía de cereal, la botella de aceite de cocina, y mucho más, son desechos que a diario depositamos en un recipiente oculto en algún lugar de la cocina y una o dos veces por semana sacamos de casa.

Una vez que hemos hecho nuestra labor (bueno, en realidad sólo parte de ella), son camiones recolectores los que ciertos días de la semana pasan por ella y comienza el relativamente simple pero largo proceso para tratar de aprovecharla al máximo.

Sabemos que la empresa PASA es quien recoge la basura de las colonias; son más de 100 camiones los que diariamente hacen el mismo número de rutas para llevar todos los desechos hasta el basurero municipal.

Para ponerlo en números, se trata de entre mil 200 y mil 300 toneladas de basura las que se recolectan a diario, y de ellas solamente se pueden reciclar 91, es decir apenas un 5% (o hasta 7%, si fue un mes bueno) debido a que en Juárez no existe la cultura del reciclaje y separación de basura así los desechos quedan básicamente inutilizables.

Aproximadamente el 80% de toda esta basura es domiciliaria, es decir la que tú y yo generamos en nuestro hogar, y el 20% proviene de empresas privadas y dependencias de gobierno.

Con casi un millón y medio de habitantes, Ciudad Juárez debía encontrar la forma de hacer algo respecto a toda su basura y tomando en cuenta las medidas ecológicas que prácticamente todos los países del mundo han comenzado a aplicar, había que hacerlo bien, por lo que desde hace unos 7 años esta urbe fronteriza ha aprovechado los desechos para generar energía eléctrica.

El basurero municipal

El nombre legal del Relleno Sanitario (RS) es Promotora Ambiental de la Laguna S. A. de C. V., inició operaciones en 1994 y tiene una extensión total de 200 hectáreas; para la transformación del gas metano en energía opera la empresa Bio gas.

El relleno consta de varias celdas de 42 hectáreas, con una vida útil de entre 18 y 20 años cada una.

Si eres de Ciudad Juárez, quizá recuerdes que antes del 2010 había pepenadores que deambulaban entre los montones de basura buscando algún desecho útil para vender, principalmente aluminio y cuando iba a comenzar todo el proyecto de generación de energía y se buscaban las certificaciones ecológicas las autoridades tuvieron que sacarlos de ahí… lo que no les gustó nada.

Básicamente hicieron plantones, se reunieron con el alcalde (entonces Héctor Murguía), se plantaron otra vez, hicieron declaraciones enfurecidas y demás, ya que para ellos el buscar entre la basura era un modo de vida honesto y no querían renunciar a ello o transformarlo a algo más burocrático.

Bien, finalmente quienes más se oponían (los líderes de los pepenadores) fueron los primeros en aceptar las ofertas que se les hicieron, a decir del vocero de la Dirección de Servicios Públicos del gobierno municipal, David Campos, por lo que muchos de ellos ahora son empleados formales de la planta y hasta vacaciones y horas de cafetería tienen.

El RS de Juárez, de los mejores de México en materia ambiental

Estas condiciones son apenas uno de los requisitos para la certificación ecológica de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa); entre otros se encuentran que el relleno tenga controlada la emanación de gases, es decir, que el exceso de gas se consuma ahí mismo, entre otras condicionantes.

El RS ha sido certificado por esta dependencia federal en seis ocasiones, y el año pasado (2017) recibió una nueva distinción ecológica, esta vez por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de su monitoreo de rellenos sanitarios en México.

Además, debido a sus procesos altamente tecnológicos para la transformación del gas en energía eléctrica, fue monitoreado por la empresa Smart Soil, con sede en Canadá, aunque David Campos comenta que Bio gas ha sido muy celosa de su novedoso proceso y no cualquiera, ni siquiera la prensa, puede ingresar a ver cómo funciona.

Ok, ya entiendo el contexto pero ¿cómo se transforma el gas en electricidad?

Bueno, antes que nada, la basura debe ser segregada lo mejor posible, y unos 150 trabajadores, de los cuales muchos eran pepenadores, la separan, retirando metales, plásticos o fibras, material que no genera gas y se trata de reciclar; el objetivo es que pase tanto material orgánico como sea posible a las celdas para su descomposición controlada.

Como mencionamos antes, no sabemos exactamente el procedimiento científico para lograr la “transformación”, pero lo que te podemos decir es que es a través de 4 generadores (actualmente están en funcionamiento dos de ellos).

Imagínate una lasagna, ese platillo italiano hecho con capas de pasta, queso, carne y salsa de tomate.

Ahora, figúrate esto: cada una de las celdas del RS, seis en total, es como una gigantesca lasagna, pero en lugar de estos deliciosos y altamente comestibles ingredientes, se alternan tuberías, que recogerán el gas producto de la descomposición de los desechos, la basura misma y dos capas de tierras distintas para prevenir la emanación de gases a la superficie (esto es importante para algo que hablaremos más adelante), así hasta que se llene la celda.

Para que este gas se genere se requieren una serie de condiciones como la temperatura, la humedad y el PH, en un proceso donde debe haber ausencia de oxígeno.

El gas que recogen las tuberías pasa a dichos generadores, aquí sucede la magia y voilá, tendremos entre 4.5 y 5 gigawatts por hora, energía que se entrega luego a la Comisión Federal de Electricidad y que actualmente alimenta entre un 15 y 17 por ciento del consumo por alumbrado público en Ciudad Juárez.

Aquí hay que hacer una anotación, en el caso de los animales muertos, de los cuales Servicios Públicos retira en promedio unos 50 diarios, éstos pasan a una celda especial, donde se hace la misma “lasagna” pero se le agrega otro ingrediente: cal. El resto del procedimiento es el mismo.

Campos mencionó además que existen planes de la empresa para hacer funcionar los 4 generadores, lo que aumentaría al doble la cantidad de energía transformada y, trabajando en su máxima capacidad, podrían alimentar una cuarta parte del consumo en electricidad del alumbrado público de Ciudad Juárez.

¿Esto nos genera ahorros como ciudad?

Pues… sí y no.

Al momento de generar energía a través de la basura que Ciudad Juárez produce, y que ésta alimente al menos el 15% del consumo en alumbrado público podríamos pensar que la frontera va a pagar ese porcentaje menos en electricidad… pues no es así.

David Campos explicó que el ahorro en energía a través de este procedimiento es consumido por la mala calidad del sistema de alumbrado que Juárez tiene.

“El alumbrado que tiene (Ciudad Juárez) es muy obsoleto, tiene muchas fallas. Aunque se está produciendo energía eléctrica no se está aprovechando al máximo, porque los componentes ya son viejos, se les acaba la vida útil, no trabajan bien, de repente fallan.

Entonces se está generando la misma cantidad (de energía) pero las fallas o lo obsoleto del sistema generan picos de que de repente se consuma mucho o de repente se deje de consumir. Se compensa el ahorro con los gastos”, detalló.

Comentó que espera que el proyecto que tiene entre manos el Gobierno Municipal para renovar todo el sistema finalmente se “destrabe” y se pueda aplicar, aunque eso no necesariamente significará que los juarenses pagarán menos por el alumbrado.

“No se pagaría menos… pero lo que se paga sería por un buen servicio, a diferencia de lo de ahorita (…) Si te fijas, el alumbrado está tronando, está fallando, pero la ciudadanía sigue pagando. Pero ya con el nuevo proyecto, sigue pagando pero ya tiene un buen servicio”, dijo.

Entonces, ¿el RS de Juárez es ecológico sólo porque genera energía?

Pues no. Hay diferentes procesos que se llevan a cabo en esa zona, que consta de unas 200 hectáreas; por ejemplo, la quema de algunos materiales lo que naturalmente derivaría en emanaciones contaminantes al ambiente.

Pero en el RS se aplican procesos y filtros para que ese mismo gas se “queme” en los hornos y finalmente las emanaciones no sean perjudiciales para la calidad del aire de la ciudad.

Otro ejemplo es que la Celda 1 del relleno terminó su vida útil, es decir que ya está lleno, pero esa zona no quedará únicamente como una gran “tumba de basura”, sino que se planea en el corto plazo desarrollar un vivero.

Con esto, se demuestra que el terreno es reutilizable y nada menos que para generar un área verde, ya que el suelo no quedó contaminado y no se emanan gases a la superficie ¡qué tal!.

En cuanto a la basura que se alcanza a reciclar, dos empresas se encargan del procesamiento de los desechos y el material se envía a Monterrey, Nuevo León, y a Mérida, Yucatán.

Bajo control el problema de caucho

Una de las mayores problemáticas que en un determinado momento vivió el RS fue la enorme acumulación de llantas de desecho.

David Campos menciona que diariamente se retiran de las calles, canales y acequias de la ciudad de 3 mil a 3 mil 500 neumáticos, lo que llegó a dejar una jungla de caucho en el Relleno de casi 6 millones de ellas, y la cifra iba en aumento.

Sin embargo, a partir de la toma de decisiones que permitió que dos empresas trituradoras y Cementos de Chihuahua dispusieran de ellas.

De las trituradoras actualmente solamente opera una, tras el incendio que consumió a una, y Cementos de Chihuahua utiliza unas 35 mil al mes como combustible alterno.

Cada una de estas empresas tiene también sus procesos ecológicos, a fin de no emanar gases tóxicos al ambiente, lo que continúa con el ciclo verde que se ha tratado de mantener en el Relleno Sanitario.

Cabe mencionar que tras estas disposiciones, actualmente el número de llantas no llega ni a las 700 mil, y eso que los juarenses disponen de unas 35 mil mensualmente.

A la fecha, se estima que se han procesado unas 11 millones de llantas a través del Relleno Sanitario.

También hay una zona de desechos biológicos

Cuando pensamos en basura también lo relacionamos al mal olor, mentiríamos al decir que el Relleno Sanitario ni despide ningún aroma desagradable, pero David Campos señaló que no necesariamente se debe a toda la basura, sino a una zona en particular.

Le llaman “zona de escamocha” y es donde empresas, como de renta de baños portátiles o restaurantes, y particularmente la Junta Municipal de Agua y Saneamiento acude a dejar sus residuos.

Esta área está embobedada, y ahí se dispone de estos desechos que son la principal causa de mal olor del Relleno.

La vida del RS de Juárez

Campos comentó que al relleno le quedan 18 a 20 años de vida útil y cuando le preguntamos si, en términos de ciudad, no era muy poco tiempo, dijo que no necesariamente.

Esto ya que existen zonas aledañas hacia donde se podrían expandir las operaciones, lo que ampliaría en su momento la capacidad del RS, por lo que no hay preocupaciones en este sentido de momento.

Las autoridades de diferentes dependencias de los tres niveles de gobierno han emprendido diversas campañas de conscientización ambiental, para promover la separación de basura, el reciclaje y la correcta disposición de la basura electrónica, lo que ha llevado a avanzar a Juárez en la materia, pero no tanto como se podría.

Esto podría deberse a que, en la realidad, no existe tanta infraestructura para promover y disponer de la basura de forma separada; de igual modo para las nuevas generaciones supondrá un cambio cultural que ayudará a su disposición una vez que llegue hasta el basurero y se podrá reutilizar cada vez una mayor cantidad de desechos.

Desde que inició actividades, ha recibido aproximadamente 10 millones 151 mil toneladas de basura, y aunque en su momento tuvo ciertas dificultades, como el tema que comentamos de los pepenadores o la extrema acumulación de llantas, actualmente opera al día, con proyectos ecológicos a futuro y con procesos completamente eco-friendly.

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