La semana pasá, la plaza "Alberto Balderas", abrió sus puertas para el serial 2018, no supimos si fue una corrida de toros, una novillada, una charlotá o las tres cosas al mismo tiempo; lo que si es cierto es que la gente que pagó su boleto, salió contenta, exigió que er jué, otorgara 6 orejas 6 y 2 rabos 2, sacando a los rejoneados (padre e hijo) a hombros y por la puerta grande; la crónica la hicimos como pudimos de acuerdo a las circunstancias.

En estos renglones, dejando atrás er pasao, vamos a ocuparnos de una curiosidad taurina que nos llamó la atención y que se tratara de un personaje del toreo español y mentalmente, amable aficionada (do), traten de ubicarse en la España del siglo XIX, tan llena de mitos, supersticiones y otras yerbas, sobre todo en er mundo del toro.

Er pelao al que nos vamos a referir por esta y única ocasión, nació en Cádiz, una ciudad andaluza que está en la parte baja de Andalucía, allá por el rumbo der Peñón de Gibraltar, si la chompeta no nos falla, porque en esas andamos. Cuestión de años.

Este torero andalú vio la luz primera en el año de 1811, un año después de la iniciación de la Independencia de este electorero país, conocido universalmente y más allá, como México lindo y querido, que si muero lejos de tí, que digan que estoy dormido y no me lleven al PRI.

Er gitano no fue un torero de mucho renombre pero sí tuvo lo suyo, aunque la mayor parte del tiempo en el ruedo, anduvo como astronauta con fuertes aterrizajes y achuchones, salvándose milagrosamente de la muerte infinidá de veces, prueba de ello es la siguiente anécdota:

Había en la gitana Sevilla, un sastre llamó Borrajo, a quien nuestro torero le encargó un terno para estrenarlo en 2 corridas 2 que tendría en Pamplona; el artista de la aguja se lo confeccionó en grana, bordao en plata; cuando Manuel Días Cantoral (a) Levi, estuvo frente a los pavos, durante toda la lidia estuvo a mercé de ellos.

Contrariado er cañí, fue a platicar con el sastre de marras y en el más puro acento andalú le dijo: Maestro me vistió de muleta (por el rojo del terno) y en cuanto me filaban los toros ze alegraban conmigo como zi fuera uno de zu familia. ¡Joder!, agregamos nosotros. Buena semana para todos. Vale.

Barrera de sol

Por Manolo de la Laguna

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