Por encima de las miserias consubstanciales a la naturaleza humana, de las cuales forma parte la corrupción, derivada de la desmedida ambición, el mayor problema que detona su crecimiento exponencial en México y Oaxaca es, indiscutiblemente, la evidente impunidad.

A nuestro juicio es, ciertamente, difícil, más no imposible cortar las miles de cabezas de la hidra de la corrupción y con ello combatir sus diversas modalidades que van desde la popular "mordida" o cohecho hasta el peculado, enriquecimiento ilícito y abuso de confianza.

Cuanto más enérgicas y severas son las sanciones legales, no solo desactivan en una primera etapa los esquemas de la corrupción, generalmente apoyadas en amplias redes de complicidad, sino que son eficaces y eficientes medidas preventivas al inhibir su comisión.

De ninguna manera es necesario aplicar en nuestras latitudes medidas de mano dura extremas, como la pena de muerte, establecidas en Singapur y Filipinas, cuyas leyes y gobiernos sancionan sumariamente la corrupción y el narcotráfico con la pérdida de la vida.

De ahí, la singular trascendencia histórica del positivo impacto económico, político y social al perfeccionar las leyes que combatan la corrupción de manera efectiva, a fin de fortalecer y consolidar la calidad de la democracia y arribar a su plena normalidad.

No obstante, mientras no se alcance esta ambiciosa meta, considerada por ahora todavía una utopía y más aún en países subdesarrollados como México, y peor en entidades federativas marginadas como Oaxaca, será mucho más complicado luchar contra la corrupción.

Con gran sabiduría la conseja popular afirma categóricamente que, primero, está comer y, después ser cristiano, y un pueblo como México y Oaxaca, mayoritariamente pobre e ignorante, difícilmente están interesado en combatir la corrupción, porque el que no tranza, no avanza.

Eso, lo saben mejor que nadie los gobernantes, servidores públicos y políticos en general, integrantes de la partidocracia, por la información privilegiada de la que disponen, cuyas mafias cupulares, se han convertido, hoy por hoy, en la mayor maldición que pesa sobre México y Oaxaca.

Sin embargo, en la lucha contra la corrupción es indispensable conocer la naturaleza humana para jamás pasar por alto que, inteligentes, como son la mayoría de los corruptos, éstos siempre están dispuestos a negociar y a denunciar a sus cómplices para salvar su propio pellejo.

Prácticos y pragmáticos como son los guardianes de la ley en el imperio norteamericano enseñan al mundo que la mejor manera de combatir la corrupción es seguir la huella del dinero, acción que se enriquece con la lección de vida de la vox populi de los mexicanos.

No falta razón al sostener que lo rico, lo enamorado y lo pendejo, no se ocultan, por lo que por más que algunos corruptos geniales no tengan cuentas bancarias nacionales ni extranjeras, ni usen cheques ni tarjetas de crédito solo dinero en efectivo, finalmente dejan la cola de fuera.

Disponer exclusivamente de dinero en efectivo es la hebra de la madeja a desenmarañar y que obliga a los investigadores a seguir como primera pista valiosa, toda vez que no es normal menos común que alguien no cuente con un historial de crédito o fiscal.

Éste es el principal Talón de Aquiles de geniales políticos perversos como Manuel Andrés López Obrador (MALO), quien presume a los cuatro vientos que no tiene bienes, cuentas de cheques ni tarjetas de crédito, cuando para pagar boletos de avión y hoteles son obligadas estas últimas.

Aceptando sin conceder que realmente fuera honesto, que en nuestra opinión no lo es, indispensable es preguntar: ¡Ah, chingá! Entonces, de dónde proviene el dinero del que él y su familia viven como ricos burgueses. ¿Alcanzarán las regalías de las ventas de sus libros?

Dado el creciente clamor popular de encarcelar y decomisar las fortunas robadas al pueblo de México y Oaxaca por sus malos gobernantes, funcionarios y políticos, mejor regalo no pudo recibir por su cumpleaños en este sentido la presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, María de las Nieves García Fernández.

El pleno de la LXIII Legislatura local concluyó la integración del Sistema Estatal de Combate a la Corrupción con las designaciones de los magistrados de las Sala Superior de la Sala Unitaria de primera instancia del Tribunal de Justicia Administrativa del estado.

Por mayoría de votos de los diputados integrantes del Congreso del Estado, se aprobó la designación de Manuel Velasco Alcántara y de Javier Martín Villanueva Hernández como Magistrados.

La ratificación de las propuestas hechas llegar al Congreso del Estado por el Gobernador Alejandro Murat, se dio luego de la aprobación en el Pleno Legislativo de los nombramientos. Manuel Velasco Alcántara y Javier Martín Villanueva Hernández ocuparán el cargo por siete y cinco años, respectivamente.

Previamente, los dos servidores públicos fueron sometidos a un proceso de escrutinio y de cabildeo con los diputados integrantes de la Comisión Permanente de Administración de Justicia que determinó que cumplen con los requisitos necesarios para ocupar tales puestos.

La presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados local, María de las Nieves García Fernández, afirmó que Oaxaca cuenta con uno de los andamiajes más amplios y modernos en materia de combate a la corrupción, porque se trata de un modelo operado y manejado por ciudadanos para revisar las cuentas públicas del gobierno.

"Ningún estado del país cuenta con un modelo parecido, ya que los integrantes de las áreas de revisión, de sanción y órganos jurisdiccionales, fueron designados previo escrutinio público".

Dijo que la reforma propuesta por el Gobernador Alejandro Murat, perfeccionó y adecuó la ley y las instituciones para garantizar el manejo responsable de los recursos públicos, además de garantizar una permanente transparencia y rendición de cuentas.

Aseguró que el sistema fue creado de la mano de los ciudadanos, siendo los éstos los que se encarguen de revisar las cuentas del gobierno, a través de un consejo ciudadano, a la par de la labor que realice el zar anticorrupción, cuya actuación también está sujeta a rendición de cuentas.

"Serán los ciudadanos a través del consejo ciudadano, los que actúen para revisar las cuentas y la actuación de los servidores públicos, y el actuar de todo aquel que maneje el erario público".

Destacó que los ciudadanos que conforman el Sistema Estatal Anticorrupción gozan de prestigio ciudadano y calidad moral para actuar y enfrentar la corrupción.

Se eligió a los ciudadanos de mayor prestigio en los puestos, que tengan calidad moral para revisar y llamar a cuentas y que no tengan conflictos de interés con las instituciones, ni simpatía con algún partido político, además que su perfil profesional sea el mejor calificado e intachable.

Precisó que el Sistema Estatal Anticorrupción es parte de un órgano público descentralizado, que cuenta con presupuesto y las leyes necesarias para combatir la corrupción en Oaxaca.

Para dar plena y total contundencia a la aplicación del Sistema Estatal Anticorrupción es impostergable que el Congreso del Estado perfeccione la Ley de Extinción de Dominio, incluyendo la tipificación como graves de los cuatro delitos que prohíjan la corrupción, peculado, enriquecimiento ilícito, cohecho y abuso de confianza.

Solo de esta manera se podrán requisar a los corruptos el dinero en efectivo y en cuentas bancarias nacionales y extranjeras, así como los bienes muebles e inmuebles. Esperemos que los actuales diputados tengan la voluntad de hacerlo y dé tiempo a esta Legislatura.

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