En días pasados me incorporé al equipo de campaña de Ricardo Anaya, el candidato de la coalición Por México al Frente que está integrada por el PAN, PRD y MC. De manera pública agradezco la invitación de esos partidos y en particular la que me hizo el candidato.

Participo como asesor de comunicación, en los espacios donde se decide la estrategia y también como uno de los voceros de la campaña. Espero que mi trabajo, junto con el de otros muchos, contribuya a la victoria de Anaya y del proyecto que enarbola la coalición.

La complejidad de la estructura del país ya no aguanta el gobierno de un solo partido y menos el de un sólo hombre. México tiene que mirar a un proyecto de futuro que debe empezar a construirse hoy y no regresar, en vuelta hacia atrás de la rueda de la historia, a las propuestas del pasado que ya sabemos fracasaron.

Me entusiasma que si triunfa Anaya habrá por primera vez en la historia del país un gobierno de coalición. Eso exige, entre otras cosas, que quienes constituyen el gobierno dialoguen y se pongan de acuerdo en las decisiones a votar en el Congreso y en las líneas maestras que deben guiar la gestión del Ejecutivo.

En estos días, es un privilegio, he podido ser testigo y participar en el diálogo intenso y diario de los representantes de los tres partidos y de quienes integran el movimiento ciudadano ahora. En un ambiente de enorme apertura y confianza se expresan las más diversas posiciones.

Es notable que en el ir y venir de las ideas, las concepciones distintas, las diversas experiencias y tradiciones políticas, siempre, a veces con más facilidad que otras, se puedan construir consensos y llegar a acuerdos realmente compartidos.

Me asombra y entusiasma la participación de los jóvenes en puestos de responsabilidad. Cinco o seis de las áreas estratégicas de la campaña están bajo el mando de hombres y mujeres que rondan entre los 29 y 37 años. Son inteligentes, capaces y con una gran experiencia. Dominan las nuevas tecnologías.

La incorporación de los jóvenes a los puestos de responsabilidad, le da a esta campaña frescura y le quita toda anquilosada solemnidad. Es cabal expresión del nuevo mundo y del nuevo país que muchos políticos no terminan de entender y de aceptar. Es una de las grandes fortalezas de esta campaña.

Destaco y subrayo el diálogo que se da entre las distintas generaciones que participan en el equipo. Debo ser el de más edad. Disfruto que suceda de manera intensa y en absoluta igualdad. Hay conciencia de que todos tenemos algo que aportar y también que todos aprendemos de los demás.

Estoy seguro que con Anaya como candidato y con el equipo de campaña que se ha construido, original y distinto, el proyecto del gobierno de coalición que necesita México se hará realidad. Estoy obligado, es de elemental honestidad, decir a mis lectores cuál es mi opción política en esta contienda, ella va a influir en mi valoración de lo que sucede en el país.

Rubén Aguilar Valenzuela

Twitter: @RubenAguilar

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