Nuestra naturaleza de ciudad fronteriza hace que sea de lo más normal acudir a los Estados Unidos por motivos muy diversos, como ir a trabajar, a estudiar, de negocios, de compras -eso incluye cargar gasolina o consumir en algún restaurante de la vecina ciudad- y hasta, nada más, para pasar un fin de semana; por supuesto que anteriormente era más fácil, tanto conseguir el pasaporta de turista, (hoy conocida como visa láser), como el tiempo que pasabamos en la líneas, el cual era mucho menor a lo que hoy en día padecemos. Los que nos acordamos, sabemos que todo cambió a raíz del fatídico ataque a las Torres Gemelas, ocurrido un 11 de septiembre del 2001, ello de inmediato provocó, no el cierre de los cruces, pero si las revisiones más minuciosas de parte de los “Customs”, (elementos apostado en los cruces fronterizos).

Es tanto el gusto de algunas personas de cruzar a los Estados Unidos que hay quien no puede dejar pasar una semana sin acudir, incluso dicen sentir cierta desesperación cuando ello llega a ocurrir. Como anécdota tengo una amiga a quien le agrada tanto visitar a nuestros vecinos, que hasta disfruta de la línea en los puentes con todo su folclore, como los decenas de vendedores que ofrecen de todo tipo de mercancía entre ellas, agua embotellada o de frutas, frituras de alguna marca en especial o sin marca de las hechas de forma artesanal, nueces, carne seca, burritos, fruta picada, tunas, nieve de garrafa, paletas y bolis, bueno incluso hay quien, pese al calor del verano, ofrece quesos frescos, que la verdad, es de tenerles cierta reserva, precisamente porque es fácil que se echen a perder debido a las altas temperaturas, también están los que ofrecen películas piratas, y música grabada, ya no en CD’s, sino en las memorias USB los cuales no indican de qué género musical son, pero son miles de canciones, seguramente de todo tipo; todo lo anterior pese a que es zona federal y por lo mismo se supone esta resguardada por elementos de ese nivel de policía. Es normal también ver a algunas personas que aparentemente están enfermas y piden el apoyo de los automovilistas y menciono aparentemente, porque se han descubierto sujetos que en realidad no padecen de mal alguno y simplemente tratan de que la gente se compadezca de ellos para que les de dinero.

Y todos los anteriores, aunque no deberían de permanecer en los puentes, hasta cierto punto los podemos tolerar, pues están buscando una forma de conseguir recursos de forma más o menos honesta, refiriéndome a los que venden piratería; pero a los que de plano no deberían permitirles su estancia es a los llamados franeleros, término que importamos de la ciudad de México, en donde así denominan a los que aquí llamamos parqueros, que son personas muy jóvenes que se apostan en los cruces internacionales, supuestamente para trabajar de limpia vidrios, pero que en realidad lo que hacen es, entre otras cosas, permitir que otros automovilistas, que no quieren hacer su línea desde el principio, bloquear el paso a un conductor que viene en su línea de forma correcta para que entre el que no quiere tomarse esa molestia, y todo a cambio de una propina, misma que anteriormente era de lo que el conductor abuso considerara, pero que ahora ya la establecen los franeleros, y la cual va desde los $20 dólares hasta los $50 dependiendo del calculo que hagan estas personas y si el “cliente” se niega, se expone a, por lo menos, un fuerte reclamo con palabras altisonantes o de plano a una agresión física o al vehículo, lo que se ha visto ya en varias ocasiones en un sitio en el que no debería de ocurrir, por tratarse de un área que debería estar muy vigilada, ya que es zona federal, pero que en la práctica no es así.

Sin embargo estos franeleros no existirían si no hubiera quien requiriera de sus servicios, por lo mismo el conductor abusivo que no quiere hacer la línea, también es responsable de que esos sujetos sigan ahí, así que su permanencia depende de estos ciudadanos.

Lo más lamentable es que ahora se está acostumbrando que algunas personas, igualmente abusonas, le dicen a alguno de quienes los acompañan en el mismo vehículo, que se bajen e impidan el avance de un vehículo de la línea contigua para, con toda impunidad meterse a la fila y de paso lo hacen burlándose del conductor o conductora que se molesta y con justa razón, de que se le metan a su línea. También por esas malas prácticas se hace urgente la presencia de la autoridad que impida que esto ocurra y ponga orden, de otra forma esto podría escalar aún más y que sean más frecuentes ver los pleitos en plena línea rumbo a El Paso Texas, convirtiendo la experiencia que debería ser agradable en todo un viacrucis.

Por lo pronto ya se está viendo la presencia de forma esporádica, pero algo es algo, de los agentes federales en los puentes, cosa que los ciudadanos aplauden, pues ínsito se requiere de orden en ese lugar, más por precaución que por otra cosa, al menos esa es la idea…

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