La fiesta brava para muchos es un verdadero arte, pues está llena de símbolos que solo los que verdaderamente conocen pueden apreciar, mientras que el resto, si es que acude a presenciar un espectáculo de estos, lo hace nada más porque le llama la atención o simplemente porque ahí se puede topar con gente a la que quiere conocer o ya de plano para no estar fuera de los eventos que pueden ser de los más llamativos, como ocurre con otros en los que algunas personas solo van para tomarse la “selfie” correspondiente y no estar fuera de la jugada.

Sin embargo por el simple hecho de que en la también llamada fiesta de seda, sangre y sol, se sacrifica, por lo regular a los toros que participan en ella, es generadora de mucha controversia y de enemigos, y más en la actualidad en que se tiene más compasión por los animales que por los seres humanos.

Eso se lo comento por que se tiene la intensión de prohibir le entrada a estos espectáculos a los niños, al menos es lo que pretende promover el regidor José Alfredo González del Partido Nueva Alianza, quien tiene a su cargo la cartera de la comisión de Prevención Social, el edil dijo que este punto lo estará subiendo a una Sesión de Cabildo, para que las autoridades municipales no permitan que menores de edad estén presentes en esta clase de espectáculos, incluso él se dice en contra de las corridas de toros, por lo mismo afirma que lo ideal sería que se prohibieran en Juárez, ya que según dijo, es una fiesta donde se disfruta el sufrimiento de un animal.

Sin embargo y pese a que no soy defensor del mencionado entretenimiento taurino, la realidad es que el público que gusta de la fiesta brava no disfruta del sufrimiento del animal, sino de las habilidades del matador y en general de todos los que participan en una corrida, como son los picadores, banderilleros, entre otros, ya que cada acción que llevan a cabo tiene una razón de ser y no cualquiera las puede realizar, por lo mismo y aunque efectivamente el animal padece, no es el propósito de la fiesta.

Pero quienes si gustan de la tauromaquia, afirman en su defensa, que para eso se sigue procreando al toro de lidia, pues de otra forma no sería necesaria su reproducción dado que aparentemente no tiene otro uso, ya que afirman no sirve como ganado para alimentarse así que en caso de que la fiesta terminara, ya no habría interés en criarlo y la raza podría desaparecer.

Así mismo afirman que las corridas de toros no son más agresivas que, por ejemplo, las carreras de caballos en las que los animales son sometidos a mucho estrés y esfuerzo físico, además de que cuando sufren lesiones severas simplemente los sacrifican, por ya no convenir el seguir manteniéndolos pues no están en condiciones de competir y por ende de ganar una carrera, pero también mencionan la pesca deportiva en la que quienes la practican con caña y anzuelo también le provocan sufrimiento al pescado y ahí nadie dice algo, eso sin mencionar a la cacería la cual es considerada una actividad deportiva en la que los animales cazados ni siquiera son peligrosos o agresivos como los venados, liebres, patos etc. Sin embargo el matarlos a balazos es una forma de diversión que se permite e incluso fomenta. Y no hay legislador alguno que este en búsqueda de prohibirlo.

Los defensores de la fiesta brava agregan que tanto el toro como el torero se juegan la vida en cada corrida en casi igualdad de circunstancias, dado que el toro no está amarrado y puede defenderse de sus agresores, y si llega a dar una muy buena faena, puede salir indultado, y regresar al corral para continuar su vida como semental, y eso aunque no ocurre con frecuencia está dentro de lo que establece el festejo.

En general la mayoría desconocemos lo que verdaderamente es la fiesta brava, ahora veremos qué tanta aceptación tendrá la propuesta del regidor José Alfredo González, lo que si se debe respetar es la decisión de cada individuo a presenciar un espectáculo o no, al menos esa es la idea…

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