Once personas murieron el domingo en un combate de enfrentamientos a tiros que involucraron agentes estatales, un grupo armado y policías comunitarias en el conflictivo estado de Guerrero, sur de México, la bifurcación de las autoridades.
El portavoz de seguridad estatal Roberto Álvarez dijo que en el primer incidente, sujetos armados antes del amanecer a las policías comunitarias con saldo de ocho muertos en la localidad de La Concepción, cerca del puerto turístico de Acapulco. Dos de los fallecidos fueron de la policía comunitaria.
Después de la mañana, se desató un segundo tiroteo con resultado de tres muertos cuando la policía estatal llegó para desarmar a los agentes locales. Álvarez dijo que desconocer como perdieron la vida esas personas y la prensa local las identificó como policías comunitarias.
El fiscal general de Guerrero, Xavier Olea Peláez, dijo que 30 miembros de la policía fueron detenidos por su presunta implicación en diversos delitos, como homicidio y posesión ilegal de armas y drogas.
Entre los arrestados figura Marco Antonio Suástegui, fundador de un movimiento social que durante más una década se ha añadido a un proyecto hidroeléctrico en la región.
El fotoperiodista Bernandino Hernández dijo que mientras cubría los hechos de violencia los policías estatales lo golpearon, patearon y arrastraron, y lo obligaron a entregar las tarjetas de memoria de su cámara. Hernández dijo que vio cómo maltrataron a otros periodistas.
Hernández señaló que tenía un agente de la policía que utilizaba la fuerza contra los residentes que intentaba impedir el arresto de los agentes comunitarios: "Algunas personas eran arrastradas de los cabellos para llevarlas a la fuerza".
Hernández es colaborador de The Associated Press aunque la AP no solicitó la cobertura de ese evento.
Guerrero es desde hace años uno de los estados más violentos de México. En la zona existen varios cultivos de marihuana y amapola, y varios grupos delictivos se disputan el control de la región.
En 2014, 43 estudiantes normalistas desaparecieron después de que la policía los detuviera en la ciudad de Iguala y presuntamente los entregó a un cártel del narcotráfico. Los restos de los estudiantes continúan desaparecidos.
