En nuestro país el maltrato familiar y en general la violencia en contra del genero femenino, es un problema que desafortunadamente no disminuye y las evidencias de que esto es una realidad se hacen presentes casi todos los días al momento de conocer de sendas denuncias o estadísticas en las que los numero fríos, insisten en ponernos los pies sobre la tierra en relación a este flagelo.

Y como ya lo he mencionado en otras ocasiones, hay muchas voces que aseguran que esto tiene que ver con las condiciones de pobreza y marginación en la que viven cientos o más bien miles de hogares en todo lo ancho y largo de nuestro territorio nacional, sin embargo la realidad es que, el que es violento no importa si es pobre o rico, va a ejercer esa violencia en contra del más débil y sus niveles de educación, incluso su fervor religioso nada tienen que ver, por eso siempre que platico con quienes se supone conocen del tema, casi siempre relacionan a la pobreza con la violencia familiar o en contra de la mujer.

Y lo anterior me parece injusto pues de alguna manera el que es pobre puede fácilmente ser denunciado de agresión familiar y será completamente aceptable, dado la creencia de muchos a pensar que la pobreza provoca violencia, mientras que el individuo que ha conseguido el éxito económico no será juzgado de la misma manera ya que no cumple con la condición de escases y por ende los espacios de convivencia, es decir su casa y lugar de trabajo, seguramente cuenta con el espacio suficiente como para que no esté presente la marginación y por supuesto como no hay ningún problema en lo relacionado a todo lo material que se necesita dentro del hogar, pues tampoco podríamos creer que se pudiera tratar de alguien violento o agresivo.

Otra situación que también es preocupante, lo representa la baja cantidad de denuncias que se presentan ante las autoridades correspondientes, cosa que, según las mismas, no ayuda en el combate a los abusos, lo que al final pretende bajar el número de casos. A lo que personalmente le pongo el pero es que, en estos casos específicos, serviría mejor una terapia en la que se le hiciera saber al agresor que lo que está haciendo no es correcto y que provoca un daño a las personas que supuestamente más le interesan, mientras que la autoridad se limita a castigarlo vía encarcelamiento, pero no se le da información alguna al detenido, lo que da como resultado que cuando sale lo hace con mayor resentimiento y la agresión en contra de su familia es con mucho mayor fuerza.

Pero insisto, es importante que las autoridades dejen ya de lado que la violencia es privativa de los hogares pobres, sino que está se presenta en todos los niveles socioeconómicos, y un caso que lo pone de manifiesto es el reciente video en el que aparece la actriz Chantal Andere con su esposo Enrique Rivero Lake, durante la Ceremonia del Grito de Independencia en Palacio Nacional en el que se puede ver lo que parece una discusión entre ambos, además del intento de Enrique –el esposo- de querer abrazarla en varias ocasiones a lo que ella lo rechaza; situación que en redes sociales la mayoría lo interpretó como una agresión, mientras que la actriz respondió de la forma en que las mujeres agredidas lo hacen, es decir justificando o tratado de dar una explicación ante tales actitudes, y aunque no se tenga la historia completa, la escena habla por sí misma, además de que el sujeto responde de forma agresiva ante los comentarios.

Por eso le comentaba es importante desechar esa idea de que la violencia solo ocurre en los hogares de bajos recursos, pues de alguna manera estamos asumiendo que el pobre, siempre va a comportarse de forma violenta con su familia y principalmente contra su esposa, mientras que el rico no lo va a hacer o si lo hace son casos aislados, lo que la verdad no ayuda mucho a erradicar el problema que tiene muchas aristas, pero el afirmar que la mayoría se relaciona con la pobreza es hasta cierto punto discriminatorio y eso, la verdad, no es la idea…

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